¡Los niños son muy curiosos! Les encanta explorar el mundo que los rodea utilizando todos sus sentidos: ven, huelen, tocan e incluso saborean. A veces, los niños comen, huelen o tocan algo que no es seguro para ellos, y eso puede provocar accidentes, como envenenamiento.
Para ayudar a prevenir el envenenamiento accidental, asegúrate de que tu casa sea un espacio seguro para los niños. Eso abarca todas las habitaciones, baños, cocina y áreas exteriores, como el garaje y el patio. Empieza por centrarte en un área a la vez, arregla los entornos peligrosos y guarda todo lo que sea perjudicial en lugares donde los niños no puedan alcanzarlo.