En conclusión, pon el foco en la salud física, social, emocional y espiritual, no en la apariencia, el peso, las medidas o la forma.
Madilynn, de seis meses, mi primera nieta, acababa de llegar a visitarme. Le estaba contando lo feliz que estaba de verla cuando mi marido se acercó, le sacudió la pequeña pierna y dijo: “¡Es tan gorda!”. Si bien lo dijo de forma amorosa y muy sonriente, fue desalentador.
“¡Es una bebé!”, respondí, “¡y es hermosa!”.
Para ayudar a los niños y a las niñas a sentirse a gusto con su cuerpo y consigo, es fundamental fomentar una actitud positiva sobre el tamaño y las medidas del cuerpo.